Recuerdos

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Después del primer post que subí, la mayoría de los comentarios iban sobre el tema de los recuerdos, así que esta vez tocaba escribir algo sobre ello. Además, estos últimos días en Madrid me han despertado muchos de ellos, lo que hace más fácil enfrentarse al temido folio en blanco.

Es inevitable. Canciones, fotos, lugares, expresiones, regalos, olores,... o simplemente esos pequeños impulsos eléctricos que gobiernan nuestro cerebro jugándonos malas pasadas. La propia palabra encierra ese punto de melancolía. Es como si llevara unos puntos suspensivos implícitos detrás.

A lo largo del día son muchos los recuerdos que intentan asaltarnos con menor o mayor fortuna y cuyo éxito se debe, en gran parte, a nuestro estado de ánimo y/o a nuestro nivel de ocupación o distracción. La verdad es que se me hace difícil escribir sobre este tema. Si algo he aprendido en cinco años de facultad es que es imposible ser objetivo. No voy a serlo. A mí, ahora, los recuerdos no me asaltan, directamente me golpean. Poco a poco los esquivo, pero siempre consiguen, al menos, rozarme donde más duele, a la altura de donde las marcas de camisetas suelen poner sus logos. Lo malo, o bueno, es que no nos queda más remedio que convivir con ellos. Cada día añadimos más y más recuerdos a lo que somos. La diferencia es cuán profundo se graban en nosotros, generalmente dependiendo de la intensidad con la que vivimos ese momento en particular.

¿Qué hacer entonces? ¿Pasar de puntillas por todo y por todos? Tengo bastante claro que no. Si tengo que elegir (y tengo que hacerlo), me quedo con vivir intensamente y disfrutar los buenos momentos, aún a riesgo de que puedan terminar volviéndose en nuestra contra.

El otro día estuve en el concierto de Pereza en el teatro Lope de Vega. Era uno de los motivos del viaje. Gran concierto y mejor compañía (gracias rapaz). Allí pude comprobar todo lo que cabe entre dos discos, por ejemplo, lo que va desde Aproximaciones a Aviones. De lo que es saber que con los pies fríos no se piensa bien, pese a que sean los últimos días del verano y septiembre se marche ya, a intentar que te lleven al baile...

Entonces apareció en el escenario Ariel Rot. Ni siquiera sé cuál es el título de la canción, pero sí lo que dice el estribillo: "Y el que tenga un amor, que lo cuide y que mantenga la ilusión, porque la vida es un baile de ilusiones y el que no baile está muerto". Me hizo pensar. Tiene bastante razón. Lo malo es cuando no basta con ser cuidadoso y, al final, se acaban quitando las ganas de bailar...
Vídeo Pereza y Ariel Rot

Lo sé, he vuelto muy melancólico de Madrid. Pronto lo corregiré, prometido.

4 comentarios:

kvera dijo...

Ariel Rot????has visto a Ariel Rot????
Te envidio...
Su canción, la que escuchaste, es una de mis preferidas...no me gustaría darme cuenta tarde de todo lo que he podido vivir, y desperdicié..por no cuidar, por no mimar las relaciones..y esa letra siempre me mantien viva la ilusión y las ganas de hacer grandes las pequeñas cosas.
La melancolía es buena siempre y cuando no te haga su esclavo..

Amelie dijo...

A todos nos puede la melancolía algún día; esos días en los que pudo haber sido y no fue. Es justo en esos días en los que te acuerdas de las gente que quieres, de la que echas de menos, de la que ya no está, o de la que está muy cerca y a la vez tan lejos. Pero te acuerdas de ellas porque son, de algún modo u otro, especiales.
Es verdad, nunca pasemos de puntillas por nadie, porque puede que perdamos la oportunidad de conocer a grandes personas. Personas que formarán parte de los recuerdos y de la historia de nuestras vidas.

Unknown dijo...

Dicen que la melancolia es un recuerdo que se ignora...
La nostalgia por lo vivido o perdido quizas sea un lastre que a veces cuesta soltar o reciclar.
Dice la cancion "Y el que tenga un amor, que lo cuide y que mantenga la ilusión". Es algo generica la frase, ¿que clase de amor? para empezar...

Maf. dijo...

Siempre lo digo: hay que pasar por la vida viviendo al máximo todo lo que toques para estar siempre seguro de que hiciste lo que pudiste... solo así la nostalgia tiene un sentido únicamente romántico y sin tristeza. Sé que mis amigos siempre lo han vivido todo al máximo (nada de "pasar de puntillas")... y lo seguirán haciendo. Sin ninguna duda el rey del "blog de las penas" también lo ha hecho bien... que nadie lo dude. Enhorabuena.

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