Aquellas pequeñas cosas...

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Serrat fue el pionero en reflejar la importancia de los pequeños detalles, esos que, al final, marcan las grandes diferencias. Cada uno, en nuestro esquema/plan de vida, tenemos una serie de aspectos clave a través de los cuales buscamos la felicidad y la realización personal. Nuestras "metas", personales e intransferibles, son a la par comunes y recurrentes, al menos en cuanto a su temática. Con matices, pero "encontrar a esa persona", "formar una familia", "trabajar en algo que me guste", "tener un buen trabajo", "realizarme personal y profesionalmente", etc., son objetivos habituales. Por ahí van casi siempre los tiros. Es lógico. La "búsqueda de la felicidad" es algo inherente a los seres humanos.

Hasta aquí más o menos todos de acuerdo. Lo curioso es lo poco que nos fijamos en otros aspectos que, aún sin tener nada que ver directamente con esos grandes objetivos, resultan imprescindibles para alcanzarlos. Relación causa - efecto.

¿A qué viene todo esto? He tenido el blog algo abandonado por un cúmulo de obligaciones profesionales y personales. Un proyecto que tengo entre manos y las horas en el fisio han tenido la culpa. Ahora que las grandes metas me parecen tan lejanas, se echan de menos esas pequeñas alegrías que nos dan, seamos conscientes o no, fuerzas para poder seguir caminando hacia esos grandes objetivos. Al margen de familia y amigos (imprescindibles), todos tenemos varios puntos de apoyo que nos permiten mantener el equilibrio mientras buscamos alcanzar el otro extremo de la carpa de circo que es la vida, cual equilibristas de lo cotidiano.

En mi caso, el fútbol (¡oh, sorpresa!) es una de esas pequeñas cosas. La más grande, sin duda. Ahora que unas fibras rotas me tienen alejado de mi vía de escape favorita, estoy siendo verdaderamente consciente del peso que en mi equilibrio personal puede tener el darle patadas a un balón 3 ó 4 veces por semana. Pero no es la única. Para muchos será una tontería, pero ese ligero cosquilleo que me recorre el cuerpo (no confundir con mariposas) mientras descargo el próximo capítulo de "Perdidos" (espero que la ministra Sinde no se pase por aquí) es otro ejemplo. No sólo me pasa con ésta, ya que por suerte veo poco la tele y sí muchas buenas series. Pueden ser alegrías semanales, diarias, quincenales o mensuales, es lo de menos. Lo importante es que, seamos conscientes o no de ello, acaban siendo enormes detalles que nos van llevando, incluso empujando, hacia las grandes metas.

En definitiva, aquellas pequeñas cosas... como este blog.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

sip, detalles que para el resto del mundo pueden no tener importancia e incluso llegar a ser absurdos pero para quien los disfruta, en realidad, son el motor de su pequeño mundo. Pueden ser gestos, manias, palabras o situaciones cotidianas las que por algun motivo te motivan y llenan el vasito hasta el dia siguiente.

:)

Maf. dijo...

Ya lo sabes. Persigue tu sueño, no dudes nunca que lo conseguirás, no decaigas y apóyate en las cosas que te hacen sonreir para seguir adelante. Esas pequeñas cosas...

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